Por Daniel Robleto (*), corresponsal de NOVA en Panamá
Relacionarnos en 2018 resulta harto dificultoso para quienes provienen del anterior y ya pasado siglo. Es como haber caído de la nave nodriza y estar casi que perdidos en el espacio, en un nuevo planeta; los ciudadanos no son los mismos, impera una manera de ver y sentir diferentes, distintos sueños y diferentes anhelos.
De dónde venimos no estaba suficientemente claro aquello de las computadoras, como no lo estaba la globalización, mucho menos la internet, de los hechos nos enterábamos leyendo los periódicos, algunos privilegiados veían las imágenes en la televisión local, los más escuchábamos las noticias en la radio. En aquella época nos enterábamos a años luz de los útimos acontecimientos, se caminaba ralentizado.
Las transformaciones del entorno y del ser humano son evidentes, los ciudadanos no son los mismos, se comportan en el presente viviendo el mañana, el pasado ya no les cuenta; los signos comunicacionales son distintos, sus carencias aspiracionales han cambiado, evidentemente hay un conflicto entre los hombres forjados en el siglo pasado y que deambulan post siglo XX con respecto a los que construyen su hoy en el siglo XXI.
A los ciudadanos siglo XXI les duele la materialización del espíritu con el trastoque de los valores heredados de cuyas raíces se pretenden alejar, no aceptan pecado original, nacen con la esperanza frustrada, de la percepción de que el algo esperado pudiese nuevamente escaparse, como se les escapó, a sus padres, se escapan las ganas de creer, es el vacío que se produce cuando los hechos sentencian que lo imaginado, lo soñado, la promesa recibida no va a suceder y no será honrada.
Con ello nace un desamor por aquellos que incumplieron sus promesas y generaron un vacío que ha convocado la ruptura entre la sociedad la política, los políticos y sus partidos.
Las campanas están sonando, llaman a los actores políticos a adentrarse en el conocimiento del nuevo ciudadano, transitar los nuevos senderos, aprender del nuevo son y degustar de los nuevos sabores, ¿Qué estamos esperando?
(*) Daniel Robleto ha estudiado Máster en Asesoramiento de Imagen y Consultoría Política en la Universidad Camilo José Cela, en España, se ha perfeccionado en la Universidad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología (ULACIT) y en la Universidad Autónoma de Chiriquíde (UNACHI).