Otra promesa falsa de Abinader: el director de Presupuesto se niega a entregar fondos para el cementerio de Manzanillo
En una flagrante negación de compromisos previamente establecidos, el director de Presupuesto, José Rijo Presbot, ha rechazado la entrega de fondos destinados a la construcción del esperado cementerio en Manzanillo, denunció este domingo el Centro de Investigación para el Desarrollo Regional (CEBAMDER).
Frank Valenzuela, presidente del Centro CEBAMDER, aseguró que esta decisión desafía la aprobación directa y el apoyo expresado por el presidente Luis Abinader, sembrando una atmósfera de incertidumbre y descontento en la comunidad a medida que el año toca a su fin.
El presidente de la organización ciudadana reveló que la angustia se intensifica en Manzanillo, ya que a falta de apenas seis días para la culminación del año, los ciudadanos enfrentan la penosa realidad de no contar con un espacio adecuado para sepultar a sus seres queridos, afirmando que la comunidad se ve obligada a elevar su voz en demanda de una solución que les permita despedir a sus difuntos con la dignidad que merecen.
En un comunicado de prensa enviado a este medio, Valenzuela revela que es decepcionante el inesperado congelamiento de los recursos financieros asignados, que ha dejado proyectos críticos como el cementerio y una funeraria local en punto muerto.
Detalla que Manzanillo se confronta con una crisis que sobrepasa los límites de la paciencia y la comprensión ciudadanas, exacerbada por la falta de un cementerio que, después de más de seis décadas de uso continuo, ya no tiene capacidad para esponder a las necesidades de una población en crecimiento.
El presidente del Centro CEBAMDER reveló que el presidente Abinader, en un encuentro con el Consejo de Desarrollo de Pepillo Salcedo, en julio de 2022, había mostrado su comprensión y apoyo hacia las necesidades vitales de la comunidad.
El proyecto, discutido también con el ministro de la Presidencia durante el presente año, parecía encaminado a reafirmar el compromiso gubernamental con la iniciativa.
Detalló que inicialmente, la respuesta del Gobierno fue alentadora. La Oficina de Presupuesto, a través de una carta dirigida al gobierno local de Pepillo Salcedo, afirmó que los fondos necesarios estaban asegurados en el presupuesto vigente.
Sin embargo, la promesa de estos fondos ha quedado en palabras vacías con el congelamiento de los mismos, y el año está por concluir sin avances.
Este contratiempo no solo es una fuente de decepción, sino que amenaza la viabilidad de proyectos esenciales para Manzanillo, con la agravante de que las asignaciones presupuestarias expiran al término del año fiscal, lo que agrega una capa adicional de urgencia a una situación ya de por sí crítica.
El municipio de Pepillo Salcedo ha hecho su parte, presentando los proyectos y los planos requeridos para la construcción. La comunidad confía en que el Gobierno finalmente actuará de manera congruente con su parte del acuerdo.
La situación actual en Manzanillo es desoladora. Los habitantes de la localidad enfrentan una dolorosa realidad sin un lugar adecuado para enterrar a sus muertos, lo que intensifica el duelo en momentos de pérdida y subraya un aparente descuido gubernamental hacia las necesidades básicas de la población.
Promesas sin cumplir
Aseguró que ante este panorama, es inaceptable que la comunidad se vea abocada a otro ciclo electoral repleto de promesas sin que se hayan cumplido las ya establecidas.
La situación en Manzanillo resalta una priorización de los intereses de grandes corporaciones por encima de las necesidades ciudadanas, contradiciendo el espíritu de colaboración y compromiso que se supone guía el Plan de Desarrollo.
Agregó que los habitantes de Manzanillo, junto con los ciudadanos de Pepillo Salcedo, hacen un llamado urgente al presidente y al Gobierno para que actúen con la seriedad y rapidez que la situación demanda.
"Es imperativo que las promesas se materialicen en acciones concretas que reflejen un auténtico interés por el bienestar de las comunidades", dijo.
Valenzuela expresó que la persistente inacción y el aplazamiento en la edificación de infraestructuras tan fundamentales no solo impactan profundamente a la comunidad, sino que también transmiten un mensaje de abandono y marginación.
"La crisis de Manzanillo clama por una respuesta inmediata y es un recordatorio punzante de la necesidad de anteponer las necesidades y el bienestar de los ciudadanos sobre los intereses políticos o empresariales", subrayó.