Según fuentes cercanas al caso, el puerto carecía de medidas de seguridad adecuadas, lo que facilitó el ingreso de los delincuentes armados. Estos neutralizaron a los guardias de seguridad y violentaron dos cajas fuertes para llevarse el botín.

El asalto ocurrió poco después de que un barco de cruceristas partiera del puerto, lo que sugiere que el dinero robado estaba destinado al pago de servicios de acarreo y otros relacionados con la operación del puerto.

Organismos como el Departamento de Delitos Monetarios y la Policía Nacional han iniciado una “exhaustiva investigación”, entrevistando al personal de seguridad y analizando los sistemas de vigilancia, en busca de pistas que permitan esclarecer el caso.

La falta de medidas de seguridad en el puerto ha sido ampliamente criticada, subrayando la vulnerabilidad de las instalaciones frente a actos delictivos de esta magnitud.